Durante mi travesía de estudiante en la carrera de enfermería, venía a mi mente si solo era yo quien percibía que la educación en este campo está pasando por una crisis de identidad.

En México el perfil de enfermería ha sido totalmente corrompido, a las universidades lo que les importa es solo egresar el mayor volumen de alumnos posibles, más no están generando profesionales competentes en este campo tan importante, como lo es el cuidado del ser humano.

Es importante volver al origen que doto a la enfermería y le dio un sentido de pertenencia a la labor que se hace: su nombre es Florence Nightingale; cuando pensó en iniciar la educación en enfermería y su profesionalización, lo baso en dos principios. El primero, que las enfermeras adquirieran experiencia práctica en hospitales adecuados a este propósito y el otro era lograr en las enfermeras una vida moral y disciplinada, este segundo propósito era de suma importancia porque la enfermería tenía una muy mala fama y con estos propósitos le estaba dando un sentido más profundo y filosófico al ser de enfermería, dignificando a todo aquel que la ejerciera.

También la nutrió de conocimiento propio, desarrollo una metodología de enseñanza y la faculto de la investigación para elevar a la enfermería como ciencia, era fiel creyente que el cargo directivo de dirigir una escuela donde se diera la enseñanza de enfermería, fuera dirigida por una enfermera que tuviera aptitudes morales e intelectuales y que tuviera una metodología basada en la practica misma.

Pienso que se ha perdido la esencia de la cual partió Florence Nightingale que fue: su pasión por servir al ser humano.

La enfermería se debe ejercer con vocación, la cual Florence Nightingale estuvo dotada desde su inicio hasta su muerte, quien la escuchaba y la observaba podía ver la destreza e inteligencia con la cual cuidaba, fue tan excepcional que toda esta filosofía se convirtió en una ciencia. Creo que hace falta esa pasión en nuestro hacer docente, volver al origen de la esencia de la enfermería y recapitular en donde es que estamos fallando y enmendar el error y subsanarlo.

Cuando los alumnos vean que existe congruencia en la manera de se educa y que en cualquier escuela a la que vaya la enseñanza está alineada a la visión que tenía Florence Nightingale sobre la enfermería, solo así podremos decir que estamos formando enfermeras con un sentido de servicio a la sociedad y solo así, los aportes de las enfermeras serán reconocidos por todos.

Dignifiquemos la profesión con nuestra propia vida.

Referencias bibliográficas

Young, Pablo, Hortis De Smith, Verónica, Chambi, María C, & Finn, Bárbara C. (2011). Florence Nightingale (1820-1910), a 101 años de su fallecimiento. Revista médica de Chile, 139(6), 807-813. https://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872011000600017